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miércoles, 4 de enero de 2017

#PratGay: ¿desmembramiento o diáspora de Cambiemos?

La salida de Alfonso Prat Gay del gobierno asombró a algunos, más allá de la dicotomía renuncia-despido hay que reconocer que el ex (?) JP Morgan era un intérprete cabal de la doctrina del neoliberalismo y todavía más de la premisa de gobernar para las clases que concentran el poder económico del país. Lo que viene, sin dudas, dista de ser una posibilidad de  modificar el rumbo de la política economía o si quiera reparar remotamente en las clases populares. El ministerio será repartido en dos y queda más que Clarín que vendrán a remarcar la línea trazada por los evasores fiscales.
Lo que quedó flotando en el aire es un supuesto exabrupto de Alfonsito que habría tildado a sus compañeros, del mejor equipo de los últimos 50 años, de “pelotudos”. No sabría si darle respaldo a las "declaraciones" del ahora ex ministro pues hay que tener muchos cojones para ultrajar la dignidad del pueblo como lo están haciendo, o mucha inoperancia. Hay que prestar mucha atención a la que puede ser una jugada pre electoral, en tiempos pretéritos el pragmatismo político rezaba en su credo que los ministros eran fusibles y el caso de Prat Gay, lejos de estar quemado, fue un buen amague para distender la frustración que debe haber sido tema de charla en las mesas de las festividades findeañales.
La improbable situación de que Macri incurra en una medida con sensibilidad social puso a la palestra a los constructores de "verdades" en la CABA con la asistencia del Partido Judicial e iniciaron la reanimación de Nisman, nombre convertido en speech con el que lesionaron la campaña del FPV. Lo cierto es que la estrategia de restarle al contrario tiene un techo y defender el ajuste, fuera de las cabezas fundamentalistas, esa una empresa en la cual muchos medios porteños se timbearon el escaso prestigio que les quedaba pero siempre hasta ahí pues para recuperarse y constituirse nuevamente en la corporación pensante para los que se someten a ser seres pensados necesitan que la entropía de llegar al absurdo se mantenga, aún que sea en niveles mínimo.
Un error recurrente es la complicidad en la campaña de instalación negativa, con la salida de Prat Gay hay quienes se han dado a la tarea de reconocerles virtudes ahora que se fue del gobierno; como si estando fuera del equipo hubiese cobrado valía sus declaraciones olvidando que este personaje del 2001 al 2016 no se ha movido un ápice de su noción pro corporaciones y anti popular; y aquí nace nuevamente el jueguito de la falsa oposición. Así como con Bossio a la cabeza un grupo de "políticos" luego de acceder a los cargos electivos vieron solamente desde su interés, o el espacio dirigido por Sergio Massa arreglaron para respaldar muchas de las propuestas del gobierno de cambiemos lesivas a la soberanía nacional; de igual modo hoy necesitan candidatos que aparenten la evolución de la alegría.
Carrio no levanta, con Massa no alcanza y la posibilidad de que el "fenecido" kichnerismo bonaerense se amalgame hasta conformar la totalidad del peronismo es una preocupación para el gobierno nacional.

A pesar de que la destitución de Dilma represento para los latinoamericanistas un dolor emocional también en ese proceso se constituyó un mecanismo de revocación de mandato democrático reconocido y respaldado por las potencias del mundo. Imaginen ¿si la confusión de los sucedido con Petrobras le costó el cargo a una presidenta popular como Dilma cuanto puede sucederle a un presidente que su mayor sostén son las corporaciones mediáticas? (sin subestimar el poder de la alienación). Es por esta razón que el titulado alejamiento de Prat Gay del gobierno puede ser más, en vez de una despedida un proceso diaspórico mediante el cual intentarán captar a quienes el sentido común les indica que no se puede defender a un gobierno que ataca a las clases vulnerables pero desean creer todavía en el speech del cambio.

miércoles, 17 de febrero de 2016

Del Neo-Peronismo al Peronismo Neo

El peronismo-neo busca acomodarse
Cuenta la leyenda que luego del golpe del '55 hubo quienes empezaron a plantear un peronismo sin Perón. Un dirigente del movimiento trabajador y protagonista del movimiento peronista aún con la ventaja de encontrarse en el territorio nacional vio como la lealtad al líder y la táctica tendían un puente constituyendo una resistencia que se retroalimentaba en los valores y las ideas. La convicción y la organización se complotaron con el tiempo y erosionaron aquella denominada liberación que tantos paralelos traza con "nuestro" cambio.
Por una cuestión de respeto a las interpretaciones omitiremos comparar y consecuentemente equiparar el liderazgo de aquel momento con los actuales sin embargo si recurriremos a aquella ley que reza "que el orden de los factores no altera el producto". El Neo-peronismo planteaba responder a la prepotencia y al golpe con dialogo, olvidando al líder, e intentando seducir a la columna vertebral del movimiento repitiendo los términos de la democracia sin dar cuentas de la deriva semántica a la que sometían dichas palabras. El peronismo-neo es la continuidad de ese impulso corruptor de las ideas. Cierto es que el prefijo "neo" aludía a la novedad sin embargo como sufijo tiene la intención de ser apocope peyorativo y alusivo al "neo liberalismo", que ya de por sí es un eufemismo.
Aún que he intentado sumergirme en la historia mediante diferentes fuentes me referenciare a lo que tengo vivido. Durante los años noventa vimos claros ejemplos de la invención de términos que sirvieren a la construcción de un discurso ablandador de realidades; el primero que se me viene a la mente es "flexibilización laboral", tal vez otro sería "seguridad jurídica" quizás cuando fueron acuñados, pecando de ingenuidad, diría que los hicieron para decir cosas diferente a las que vivimos.
Para infortunio de los vehementes de las ideologías entre muchas características de nuestra era, el pragmatismo es la teoría que aplican muchos dirigentes incluso aquellos que se hicieron de la franquicia peronista olvidando las banderas del sistema de pensamiento planteado por Perón, "nacional, popular, humanista y cristiano". Es probable que algunos renieguen del planteo del cristianismo pero hay que contemplarlo desde el punto de vista social y no necesariamente del religioso.
En frente tenemos un desafío que de ninguna manera es que al gobierno le vaya bien sino el preservar las conquistas populares consolidadas en leyes y continuar con las conformación de una conciencia colectiva de nuestros derechos aquellos que nos asiste no por ser ciudadanos sino por el simple hecho de ser humanos.

martes, 3 de noviembre de 2015

#Miedo?... ¿por qué?

http://www.pagina12.com.ar/2000/00-11/00-11-11/pag03.htm
Miedo me causaba Fredy, porque en mis pesadillas no podría defenderme de él, si es que existía Miedo me causaba Chucky, porque esa energía maligna podía posicionarse en alguno de mis juguetes y atacarme cuando menos lo esperase Miedo me daba Jason que era un psicópata descuartizador que además era imposible de matar Miedo me producía lo desconocido, lo que podría estar oculto en las tinieblas. El neoliberalismo no me da miedo, no tiene el factor sorpresa como para asustarme, ya lo conozco; conozco su increíble capacidad eufemística, conozco como se disfraza de Papá Noel para filtrarse en nuestras casas, decirnos que trae una caja llena de juguetes y terminar saqueándonos. Sé de su profesión de demagogia, de su evangelización audiovisual donde la ficción es más verdad que las noticias. Conozco de las palabras con las que atraganta su discurso y de sus acciones contrarias, también al pueblo. Miedo? era el que intentaban meternos cuando decían que podían volver las botas asesinas. Miedo debe haber sentido mi viejo cuando le dijeron que se privatizaba la empresa en la que laburaba. Miedo debe haber sentido mi abuelo que tuvo que laburar hasta su último día de vida. Miedo habrá sentido mi vieja cuando quedo con tres críos y ninguno mayor a los 5 años en época post hiperinflacionaria y sin laburo. Miedo sentí cuando fui a la CABA en el 2002, incluso el 11 de septiembre del 2001 cuando no sabía quiénes eran los terroristas hasta que supe que eran hijos del mismísimo neoliberalismo. Al futuro le tengo fe ya que sin importar que es lo que depare, sé que estaré de pie, que voy a aguantar, que voy a ganar. Todo va a estar bien.