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miércoles, 7 de septiembre de 2016

Renovación Peronista

Con seguridad lo he expresado en otras ocasiones sin embargo para que alcance el grado de premisa general he aquí la falsabilidad del "Lo que abunda no daña".
La discusión sobre la vigencia del peronismo es amplísima ya que al fenómeno del paralaje efectivamente el "peronismo" tiene tantas interpretaciones como intereses. El general se definía como un conductor profesional con afición a la política entonces no ha de extrañarnos que en vida haya elogiado al Che y haya tenido diferencia con Salvador Allende, por dar un ejemplo. En lo que respecta a la construcción del movimiento siempre abogo por ampliar las bases con el clásico objetivo político partidario democrático, representar a la mayoría. Cabe hacer la salvedad de que el peronismo de Perón fue una forma de dirigencia política que tenía identificada las prioridades de gestión; primero los más humildes y segundo el desarrollo económico nacional. Para que les suene más familiar aludiremos a la doxa: "justicia social, soberanía política e independencia económica".
En este blog alguna vez hemos recordado a Timoteo Vandor, sindicalista, que plateo un peronismo sin Perón durante los años del general en Puerta de Hierro; incluso en la última mención mediática de ese "fenómeno" recuerdo a un Hugo Moyano reivindicando al metalúrgico.
La experiencia que dejo Campora fue curiosa, un personaje del peronismo que congregaba a la juventud, tal vez por su carisma o talvez porque mucho de los jóvenes de los 70 era los niños que vieron a sus viejo putear y angustiarse por la "revolución libertadora" de los '50, aguantarse la proscripción de la que se había constituido como su identidad político partidaria, perder los derechos que habían militado y ganado en la primera década del peronismo. Forjaron estos jóvenes un espíritu combativo, anti oligárquico (matiz que aporto Evita); y característico de la juventud un ímpetu pujante que aspiraba a la dirigencia pero para entonces Perón era tan abuelo como Campora con la diferencia que le adeudaba a la vieja dirigencia, los leales de aquel octubre, su vuelta al país y la conservación del movimiento durante los años de proscripción. Echando a los "imberbes" expulso a la renovación. No es un secreto que con la edad las personas se vuelven conservadora (pueden googlearlo) los jóvenes por el contrario (no en todos los casos) además de la fuerza de la juventud se entregarse a los ideales y al tener todo por ganar salen a la palestra para mejorar el mundo. En lo que respecta a la historia argentina saltare el período de la dictadura ya que nuevamente el peronismo y esta vez cualquier ideología que cuestionase el "Proceso de Reorganización Nacional" era reprimido. El colapso político y social de la dictadura le permitió a la resistencia democrática retomar la conducción del país no sin concesiones.
Durante el gobierno de Alfonsín se constituyó el primer paso judicial para que la prepotencia militar financiada por el imperio empezase a pagar sus crímenes contra la República Argentina y su pueblo; pero el gobierno de Alfonsín a los peronistas les significo un cachetazo ya que su memoria electoral inmediata los rememoraba a la victoria de la fórmula Perón - Perón del '73. Infiero que un gobierno peronista para suceder a los militares podría implicar una juicio más finito y consecuentemente "fianzas" más caras a la "dignidad" de la familia de las fuerzas; o no.
La dirigencia peronista acostumbrada, y munida de la mayoría del movimiento obrero, repararon en asistir a la impericia del gobierno solo cuando los radicales estuvieron listos para dejar la casa rosada.
A nivel internacional se iniciaba una nueva etapa de intervencionismo, con la caída del muro las potencias como en el TEG colocaban sus fichas en sus territorios y a la vez iniciaba los conflictos por algunas locaciones. Argentina todavía contaba con el mote de granero del mundo, incluso el estado manejaba recursos esenciales para el movimiento económico del mercado interno: ferrocarriles, telefonía, explotación de los recursos naturales, etc.
Durante la campaña electoral del 89, el peronismo encontró en Carlos Saúl el perfil para sus afiches y suceder a la UCR; para entonces el Partido Justicialista empezaba a perfilarse en la herramienta electoral de las clases medias y altas, los vestigios del partido popular que había constituido casi medio siglo antes Juan Domingo Perón desaparecían para solidificar el sello de goma que identificara durante una década las políticas entreguistas de fiel corte neoliberal.
Ante los ojos de quienes tuvieron como impulso de participación en la democracia al dogma del odio hacia la clase trabajadora vieron a dirigentes, empresarios y cuanto pragmático pasase por la vereda del PJ lograr el status de peronista, mientras en el partido transmutaban con sus acciones a la doxa peronista de premisas para una doctrina social ideológica en la ignominiosa demagogia.
Con todas las críticas, fundadas e infundadas, que puedan hacerles a la gestión del matrimonio Kirchner, una persona con un mínimo de sensatez y libertad para pensar será incapaz de negarles haber propiciado un nuevo impulso a la juventud en las bases del peronismo pero también de la sociedad toda pues quienes cegados de odio y fundamentalistas del "que se vayan todos" tuvieron que salir a ensayar explicaciones a sus hijos del porque estar en contra.
Nos encontramos en el umbral de un cambio que no es precisamente efecto de la "revolución de la alegría", tal vez esta es si es una consecuencia; pero tenemos que arrostrar el desafío. Mi más profundo deseo es que logremos vencer en la contienda del pragmatismo empresarial contra los militantes de la DEMOCRACIA, que nos guíen las ideas y la igualdad por encima de la renta y la ganancia.

miércoles, 17 de febrero de 2016

Del Neo-Peronismo al Peronismo Neo

El peronismo-neo busca acomodarse
Cuenta la leyenda que luego del golpe del '55 hubo quienes empezaron a plantear un peronismo sin Perón. Un dirigente del movimiento trabajador y protagonista del movimiento peronista aún con la ventaja de encontrarse en el territorio nacional vio como la lealtad al líder y la táctica tendían un puente constituyendo una resistencia que se retroalimentaba en los valores y las ideas. La convicción y la organización se complotaron con el tiempo y erosionaron aquella denominada liberación que tantos paralelos traza con "nuestro" cambio.
Por una cuestión de respeto a las interpretaciones omitiremos comparar y consecuentemente equiparar el liderazgo de aquel momento con los actuales sin embargo si recurriremos a aquella ley que reza "que el orden de los factores no altera el producto". El Neo-peronismo planteaba responder a la prepotencia y al golpe con dialogo, olvidando al líder, e intentando seducir a la columna vertebral del movimiento repitiendo los términos de la democracia sin dar cuentas de la deriva semántica a la que sometían dichas palabras. El peronismo-neo es la continuidad de ese impulso corruptor de las ideas. Cierto es que el prefijo "neo" aludía a la novedad sin embargo como sufijo tiene la intención de ser apocope peyorativo y alusivo al "neo liberalismo", que ya de por sí es un eufemismo.
Aún que he intentado sumergirme en la historia mediante diferentes fuentes me referenciare a lo que tengo vivido. Durante los años noventa vimos claros ejemplos de la invención de términos que sirvieren a la construcción de un discurso ablandador de realidades; el primero que se me viene a la mente es "flexibilización laboral", tal vez otro sería "seguridad jurídica" quizás cuando fueron acuñados, pecando de ingenuidad, diría que los hicieron para decir cosas diferente a las que vivimos.
Para infortunio de los vehementes de las ideologías entre muchas características de nuestra era, el pragmatismo es la teoría que aplican muchos dirigentes incluso aquellos que se hicieron de la franquicia peronista olvidando las banderas del sistema de pensamiento planteado por Perón, "nacional, popular, humanista y cristiano". Es probable que algunos renieguen del planteo del cristianismo pero hay que contemplarlo desde el punto de vista social y no necesariamente del religioso.
En frente tenemos un desafío que de ninguna manera es que al gobierno le vaya bien sino el preservar las conquistas populares consolidadas en leyes y continuar con las conformación de una conciencia colectiva de nuestros derechos aquellos que nos asiste no por ser ciudadanos sino por el simple hecho de ser humanos.