Cristina Canto el Himno con Charly |
Durante el discurso de asunción, Cristina profirió varios conceptos que esbozaron el rumbo de profundización del modelo Nac&Pop, sin embargo durante toda la fiesta también existieron situaciones que merecen una re-lectura.
Empecemos con una frase que satisfizo incluso al paladar más exigente dentro de la clase obrera, mientras se refería a los embates soportados por los cipayos expresó: “Y también, soportar cinco corridas cambiarias que las corporaciones hicieron creyendo que este Gobierno iba a ceder. Que se den por notificados: yo no soy la Presidenta de las corporaciones soy la Presidenta de los 40 millones de argentinos”.
A esta altura de las circunstancias se estima que hacer foco en la capacidad de oratoria de nuestra compañera, sería pecar de redundante más creo que las Corpos jugaron con lo sospechado de obvio para tergiversar. Nada distinto de lo que están haciendo en particular cuando publican sus elucubraciones respecto a la ausencia del Secretario General de la C.G.T.; esto sumado a la rememoración que hiciese la presidenta respecto al derecho a huelga y la situación existente durante el gobierno de Perón representaba una invitación ineludible a editar la realidad, para el “periodismo independiente”.
Es justo recordar que, desde el 2008, las negociaciones paritarias y las actualizaciones de las Convenciones Colectivas de Trabajo volvieron a ser una feliz ocupación de todos los años para los sindicatos, esta realidad demuestra que Cristina se ha ocupado de los trabajadores que nos acerco una herramienta para defender el valor de nuestra labor. Ahora cuando hablamos de huelga ¿de que estamos hablando?. “Sinceramente, el derecho de huelga, que es un derecho que asiste a todos los trabajadores por imperio de la Constitución reformada”, dijo la presidenta y quien dirige sabe que la medida de fuerza es la última instancia de lucha pero no es imposible llegar a ella. Parte de los problemas, en la consideración de la huelga como herramienta, es cuando debe utilizarse y cuando no. En el interior existen situaciones disímiles a la de la capital e incluso entre los estamentos de la administración pública nacional, provincial y municipal.
El salario básico, mínimo, vital y móvil establecido por el concejo del salario es de $2300, sin embargo hay trabajadores que no perciben ese salario; y si hablamos de CCT existen menos. Resultaría manejable si existieran mecanismos administrativos para “invitar” a las patronales que violan las leyes de trabajo a que se ajusten a derecho, tengo casi la seguridad de que el lector habrá recordado de inmediato el ministerio de trabajo, o la secretaría. El caso es que muchos de estos organismos, que debiesen articular inspecciones e intimaciones para que las empresas cumplan con la ley, son entidades inertes que se caen del letargo solo ante los conflictos rimbombantes, donde muchas veces se intima a los trabajadores a retomar las tareas pero posteriormente no se repara en el cumplimiento de los acuerdos por parte de las patronales.
Es probable que sea presa del simplismo analítico ya que observo desde los zapatos de una laburante que se ocupa de ganar los justo para vivir y movilizarse, pero cuando la presidenta dijo, “Digo por lo que lo reivindican a Perón y nos critican a nosotros; con nosotros derecho de huelga hay; pero derecho de huelga, no de chantaje ni de extorsión”, me sentí representado por la presidenta pero no identificado con los chantajistas.
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