El peronismo-neo busca acomodarse |
Cuenta la leyenda que luego del golpe del '55
hubo quienes empezaron a plantear un peronismo sin Perón. Un dirigente
del movimiento trabajador y protagonista del movimiento peronista aún
con la ventaja de encontrarse en el territorio nacional vio como la
lealtad al líder y la táctica tendían un puente constituyendo una
resistencia que se retroalimentaba en los valores y las ideas. La
convicción y la organización se complotaron con el tiempo y erosionaron
aquella denominada liberación que tantos paralelos traza con "nuestro"
cambio.
Por una cuestión de respeto a las
interpretaciones omitiremos comparar y consecuentemente equiparar el
liderazgo de aquel momento con los actuales sin embargo si recurriremos a
aquella ley que reza "que el orden de los factores no altera el
producto". El Neo-peronismo planteaba responder a la prepotencia y al
golpe con dialogo, olvidando al líder, e intentando seducir a la columna
vertebral del movimiento repitiendo los términos de la democracia sin
dar cuentas de la deriva semántica a la que sometían dichas palabras. El
peronismo-neo es la continuidad de ese impulso corruptor de las ideas.
Cierto es que el prefijo "neo" aludía a la novedad sin embargo como sufijo tiene la intención de ser apocope peyorativo y alusivo al "neo
liberalismo", que ya de por sí es un eufemismo.
Aún que he intentado sumergirme en la historia
mediante diferentes fuentes me referenciare a lo que tengo vivido.
Durante los años noventa vimos claros ejemplos de la invención de
términos que sirvieren a la construcción de un discurso ablandador de
realidades; el primero que se me viene a la mente es "flexibilización
laboral", tal vez otro sería "seguridad jurídica" quizás cuando fueron
acuñados, pecando de ingenuidad, diría que los hicieron para decir cosas
diferente a las que vivimos.
Para infortunio de los vehementes de las
ideologías entre muchas características de nuestra era, el pragmatismo
es la teoría que aplican muchos dirigentes incluso aquellos que se
hicieron de la franquicia peronista olvidando las banderas del sistema
de pensamiento planteado por Perón, "nacional, popular, humanista y
cristiano". Es probable que algunos renieguen del planteo del
cristianismo pero hay que contemplarlo desde el punto de vista social y
no necesariamente del religioso.
En frente tenemos un desafío que de ninguna
manera es que al gobierno le vaya bien sino el preservar las conquistas
populares consolidadas en leyes y continuar con las conformación de una
conciencia colectiva de nuestros derechos aquellos que nos asiste no por
ser ciudadanos sino por el simple hecho de ser humanos.
La gran macana, casi siempre compartida y diseminada por los enemigos del pueblo, es que esos "políticos flexibles", esos que, al estilo de Marx (Groucho), tienen diferentes tipos de principios y convicciones según las necesidades del caso, sean denominados PERONISTAS. Clásicos o Neo, de la primera o de la última hora.
ResponderBorrarLa única razón de la existencia de un gobierno democrático - no sólo elegido de manera democrática - es esforzarse por mejorar la calidad de vida de su pueblo. Y, salvo extrañísimas excepciones, los únicos que a partir de la segunda guerra trabajaron y lograron cambios significativos en ese sentido, fueron los dos gobiernos Peronistas entre 1946 y 1955, con su segunda parte sangrientamente interrumpida y los tres mandatos Kirchristas entre 2003 y 2015.
Que quien esté en desacuerdo tenga la amabilidad de señalar qué otros gobiernos, en alguna medida, lograron mejorar mediante el desarrollo y la inclusión, dejar a sus pueblos en mejores condiciones de las que estaban cuando asumieron sus mandatos.
Saludos