Aquí en Salta utilizamos el término cholo para referenciar a
alguien de la clase oligárquica ancestralmente enquistada en el poder del
latifundio. Veo con tristeza a una fracción de la juventud peronista salteña
manifestar que "han entendido" que el mejor candidato que puede
ofrecer el Partido Justicialista es Javier David. Alguna vez en este blog hable
de los "peronistas vergonzantes" término utilizado por Evita para referenciar
a personajes que por oportunismo se embanderan con un rótulo que les sobra por todos
lados el de "peronistas"; pero por supuesto luego de la década
menemista o inclusive desde personajes como Vandor o Lopez Rega sabemos de la
bastardía que también adquirió la tan abarcadora adjetivación.
Volviendo al regionalismo "cholo". Algunos de los
dirigentes que ocupan altos cargos en los distintos estamentos del estado
llegaron allí gracias a pertenecer a colectivo de cholos, curiosamente en
algunos momentos en los cuales los cargos, aún más, preponderantes designaran a
estos que terminan sorprendiendo con alguna extraordinaria capacidad para sentarse
en esos sillones y, esporádicamente, sorprendiendo con un gestión impecable y/o
destacada (Más allá del general Güemes en el S. XIX no se me viene en mente
otro ejemplo). En esta consecución de poder uno desearía e incluso de vez en
cuando hasta se licencia alucinando con la posibilidad de participación en
igualdad de condiciones para todo aquel que desee y se anime a competir por la
representación del pueblo en el poder ejecutivo, sin embargo es al momento de
encaminarse en tal carrera uno termine necesitando en la mochila elementos de
supervivencia extrema. Imagino una mochila con un repelente para combatir
contra los vectores; una carpa capaz de soportar los vientos más furibundos
aquellos que pareciesen empecinados en correrte del lugar que has elegido para
montar campamento, mantener cerrada la tienda para evitar el zumbido de esos
leguleyos que aturden de noche; un arma que contenga esa bala de plata
anticipando el enfrentamiento con que ser mitologizado el cual es tan
vulnerable a la plata como al plomo pero hasta ese momento tal naturaleza nos
es desconocida, sin olvidar de ser muy cauto con esa ya que es la única
munición; y por supuesto el antídoto para que esa realidad paralela no corrompa
nuestras mente y nuestra almas creyendo que pertenecemos a ella.
Tengo esperanzas en que existen o existirán dirigentes-candidatos
surgidos del barro de la militancia y de los trabajadores, hasta entonces
aguardaré con mi voto para elegirlo y no que me lo elijan.