Con seguridad lo he expresado en otras ocasiones sin embargo
para que alcance el grado de premisa general he aquí la falsabilidad del
"Lo que abunda no daña".
La discusión sobre la vigencia del peronismo es amplísima ya
que al fenómeno del paralaje efectivamente el "peronismo" tiene
tantas interpretaciones como intereses. El general se definía como un conductor
profesional con afición a la política entonces no ha de extrañarnos que en vida
haya elogiado al Che y haya tenido diferencia con Salvador Allende, por dar un
ejemplo. En lo que respecta a la construcción del movimiento siempre abogo por
ampliar las bases con el clásico objetivo político partidario democrático,
representar a la mayoría. Cabe hacer la salvedad de que el peronismo de Perón
fue una forma de dirigencia política que tenía identificada las prioridades de
gestión; primero los más humildes y segundo el desarrollo económico nacional.
Para que les suene más familiar aludiremos a la doxa: "justicia social, soberanía
política e independencia económica".
En este blog alguna vez hemos recordado a Timoteo Vandor,
sindicalista, que plateo un peronismo sin Perón durante los años del general en
Puerta de Hierro; incluso en la última mención mediática de ese "fenómeno"
recuerdo a un Hugo Moyano reivindicando al metalúrgico.
La experiencia que dejo Campora fue curiosa, un personaje
del peronismo que congregaba a la juventud, tal vez por su carisma o talvez porque
mucho de los jóvenes de los 70 era los niños que vieron a sus viejo putear y
angustiarse por la "revolución libertadora" de los '50, aguantarse la
proscripción de la que se había constituido como su identidad político
partidaria, perder los derechos que habían militado y ganado en la primera
década del peronismo. Forjaron estos jóvenes un espíritu combativo, anti oligárquico
(matiz que aporto Evita); y característico de la juventud un ímpetu pujante que
aspiraba a la dirigencia pero para entonces Perón era tan abuelo como Campora
con la diferencia que le adeudaba a la vieja dirigencia, los leales de aquel
octubre, su vuelta al país y la conservación del movimiento durante los años de
proscripción. Echando a los "imberbes" expulso a la renovación. No es
un secreto que con la edad las personas se vuelven conservadora (pueden
googlearlo) los jóvenes por el contrario (no en todos los casos) además de la
fuerza de la juventud se entregarse a los ideales y al tener todo por ganar
salen a la palestra para mejorar el mundo. En lo que respecta a la historia
argentina saltare el período de la dictadura ya que nuevamente el peronismo y
esta vez cualquier ideología que cuestionase el "Proceso de Reorganización
Nacional" era reprimido. El colapso político y social de la dictadura le permitió
a la resistencia democrática retomar la conducción del país no sin concesiones.
Durante el gobierno de Alfonsín se constituyó el primer paso
judicial para que la prepotencia militar financiada por el imperio empezase a
pagar sus crímenes contra la República Argentina y su pueblo; pero el gobierno
de Alfonsín a los peronistas les significo un cachetazo ya que su memoria
electoral inmediata los rememoraba a la victoria de la fórmula Perón - Perón
del '73. Infiero que un gobierno peronista para suceder a los militares podría
implicar una juicio más finito y consecuentemente "fianzas" más caras
a la "dignidad" de la familia de las fuerzas; o no.
La dirigencia peronista acostumbrada, y munida de la mayoría
del movimiento obrero, repararon en asistir a la impericia del gobierno solo
cuando los radicales estuvieron listos para dejar la casa rosada.
A nivel internacional se iniciaba una nueva etapa de
intervencionismo, con la caída del muro las potencias como en el TEG colocaban
sus fichas en sus territorios y a la vez iniciaba los conflictos por algunas
locaciones. Argentina todavía contaba con el mote de granero del mundo, incluso
el estado manejaba recursos esenciales para el movimiento económico del mercado
interno: ferrocarriles, telefonía, explotación de los recursos naturales, etc.
Durante la campaña electoral del 89, el peronismo encontró
en Carlos Saúl el perfil para sus afiches y suceder a la UCR; para entonces el
Partido Justicialista empezaba a perfilarse en la herramienta electoral de las
clases medias y altas, los vestigios del partido popular que había constituido
casi medio siglo antes Juan Domingo Perón desaparecían para solidificar el
sello de goma que identificara durante una década las políticas entreguistas de
fiel corte neoliberal.
Ante los ojos de quienes tuvieron como impulso de
participación en la democracia al dogma del odio hacia la clase trabajadora
vieron a dirigentes, empresarios y cuanto pragmático pasase por la vereda del
PJ lograr el status de peronista, mientras en el partido transmutaban con sus
acciones a la doxa peronista de premisas para una doctrina social ideológica en
la ignominiosa demagogia.
Con todas las críticas, fundadas e infundadas, que puedan
hacerles a la gestión del matrimonio Kirchner, una persona con un mínimo de
sensatez y libertad para pensar será incapaz de negarles haber propiciado un
nuevo impulso a la juventud en las bases del peronismo pero también de la
sociedad toda pues quienes cegados de odio y fundamentalistas del "que se
vayan todos" tuvieron que salir a ensayar explicaciones a sus hijos del
porque estar en contra.
Nos encontramos en el umbral de un cambio que no es
precisamente efecto de la "revolución de la alegría", tal vez esta es
si es una consecuencia; pero tenemos que arrostrar el desafío. Mi más profundo
deseo es que logremos vencer en la contienda del pragmatismo empresarial contra
los militantes de la DEMOCRACIA, que nos guíen las ideas y la igualdad por
encima de la renta y la ganancia.
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