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Trasladaban a Videla como preso común. |
No viví durante el período de la dictadura, pero
curiosamente fui criado dentro de una sociedad que, más allá de estar en
democracia, no se sacó los mandatos de aquellos años obscuros. Todavía en mis
primeros años de secundaria se oía con resquemor a Charly a Milanez o a Silvio;
más terrible aún si era el cover con las incipientes primeras armas guitarreras
que tenías.
Recuerdo a un tío que me dijo una vez "cuidado que en
cualquier momento vuelven"; aquella frase me sublevo, fue allí donde sentí
por primera vez que las chispita que titilaba en mi, con los clásicos del
folclore, era insignificante comparada con la caldera bullente que encendía las
canciones con contenido social.
Nunca más pude pararme frente a unos espectadores sin sentir
la obligación de contar cantando.
Hoy no tengo en el repertorio la canción que manifieste esta
felicidad que me desborda, será que la muerte de uno de los padres de la opresión
mental de la sociedad argentina, libera. Como quien entierra angustias y libera
el alma.
No es la felicidad que me desborda, es que le quito las
limitaciones al alma y ella se echa a volar libre y plenamente feliz.
Videla se lleva la verdad de lo que le sucedió con los
desaparecidos, con los bebes apropiados pero esos secretos no quedaran
secuestrados por su muerte, el resto de la verdad se sabrá. También se llevará
topas mentales, visiones anacrónicas, se llevará consigo la anti política, la
dictadura y la anti democracia. Seremos los argentinos quienes construiremos
una sociedad mejor, una construcción no como aquella iglesia sobre el cadáver
de Pedro sino una sociedad que superará el techo del miedo que representó
alguna vez.
No me importa que descanse en paz pero albergo la esperanza
de que se va de este mundo para seguir siendo juzgado.
Viva la Patria.