Las favorables condiciones de extracción en las provincias norteñas las colocaron bajo la luz de los inversores mundiales pero resultaría pueril, cuando menos, considerar que "los inversores" son personas que ven oportunidades en lugares donde, además de un recurso apreciado como el litio, existen "reglas claras" en lo que refiere al impacto ambiental, condiciones de contratación y facilidades impositivas.
Los eufemismos a los que se refieren respecto a "condiciones de contratación y "facilidades impositivas" generan las condiciones para un poco de demagogia ya que si bien pueden y/o deben contratar mano de obra de la zona lo óptimo para los capitales foráneos son los contratos por tiempo determinado que pauperizan las condiciones laborales he ahí la constante campaña de los cipayos en pos de la legitimación flexibilización laboral. Las condiciones de explotación laboral han sido socavadas por la implementación de "trabajos freelance", ayudada quizas por la figura del monotributistas y las ofertas de trabajo de las apps. El relato del mérito ha coptado mentes con una suerte de evangelio de la prosperidad que invita a la sobre explotación para la auto realización. Esa mirada umbilical se sostiene mediante la afirmación de señalarnos como el centro del universo desacreditando al contexto o culpabilizandonos de las condiciones del mismo.
El fantasma de la guerra y la amenaza de una tercera guerra mundial se sigue pensando/imaginando desde los parámetros hollywodenses. Si Ironman existiera probablemente estaría dentro de un conglomerado de inversores dispuestos a articular las inversiones necesarias para llevarse todo el litio para obtener las "mejores utilidades" o dicho desde los zapatos de los pobladores de esta patria rica en recusos naturales "reducir costos para maximizar ganancias, << y los trabajadores son un costo más >>". Estamos bajo una guerra mundial de 5ta generación las tensiones entre quienes aspiran a cargos jerárquicos en la estructura estatal para ser parte de los negocios y quienes continuan jugando a la disputa estudiantil de ser electos para legitimarse como representantes de lo popular.
Jujuy es un ejemplo muy interesante, durante los últimos años ese territorio provincial ha servido como laboratorio de aberraciones jurídicas y ensayo para la corrupción del sistema democrático. Existe señales que evidencian el intervencionismo que ha sufrido la provincia sin embargo al momento de soñar acciones que restituyan el manejo, por lo menos político, al pueblo jujeño los escrúpulos que ficcionan los medios hegemónicos como jurídicos convencen a los dirigentes locales y nacionales de significar una apuesta de capital político considerable y con mayor cantidad de probabilidades en contra.
Salta... Salta ha convertido en deporte electoral el desdoblamiento de las nacionales hace años sin embargo los partidos progresistas no han sabido constituir una identidad provincial; el momento para hacerlo debió ser allá por 2015 cuando el divague de la dirigencia nacional impedida ver a ciencia cierta quien sería el candidato del espacio; sin embargo y con la visita de los "pre candidatos" el mareo se maximizó. Ante la disputa de quien sería el candidato a presidente se evidenció la falta de diálogo que existe entre las dirigencias locales, el desconocimiento del mercado electoral y la falta de certezas propias respecto a la visión de futuro para la provincia; desafios que no se han superado todavía. Los acuerdos que políticamente tiene más peso son los acuerdo comerciales, existe una figura emblemática que me permitiré obviar en este texto pero que es el jugador primordial a favor de los capitales foráneos y es, para quienes conocen de historia política de Salta, el claro articulador del escenario que hoy ha torcido las condiciones para que haya 10 frentes electorales en la disputa de la representación política local.
Las dirigencias, como las calles de la ciudad, con un par de gotas se ven inundadas y en lo inmediáto entraremos en disputa electoral casi sin posibilidades de torcer el rumbo financiado por los intereses de los extractivistas, ya no es tiempo de hacernos los caudillos es tiempo de minimizar las bajas, resguardar a los compañeros y empezar consensuar un plan de resistencia para recuperar la soberanía de nuestras vidas, de nuestro futuro y de nuestra patria.
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